FRANCISCO I. MADERO
Nació en Parras de la Fuente, Coahuila el 30 de octubre de 1873. Hijo de Francisco Madero Hernández y Mercedes González.
Fundador del partido antirreeleccionista. Iniciador de la Revolución de 1910 y Presidente de la República de noviembre de 1911 a febrero de 1913.
Autor del libro «La sucesión presidencial de 1910»
Madero fue un hombre bondadoso, trabajador y justo. Desarrolló una intensa labor social, sobre todo en San Pedro, Coahuila.
Los últimos años de la vida de Madero, de los 35 a los 39 años, los dedicó a realizar giras por el país dando a conocer sus ideas y buscando sacar del marasmo al pueblo mexicano que decide escucharlo.
Después de la elección, su desempeño como Presidente de la República se dio en medio de un ambiente de dificultades y combates, y, aun así, en ese corto tiempo tan complicado, donde gobernar no es apaciguar, como decía Félix Palavacini, Madero logró crear el Departamento del trabajo, fue el primer presidente que legalizó la libertad sindical y de huelga, creó la Casa del Obrero Mundial, propició la 1ª. Convención de la Industria Textil, se abrieron escuelas industriales y comedores escolares. Se creó la Inspección de Carreteras, Caminos y Puentes y se inició la construcción de las carreteras México-Puebla, México-Toluca e Iguala-Chilpancingo.
En materia agraria se creó la Comisión Agraria Ejecutiva. Se hicieron importantes forestaciones.
Todo ello en catorce meses de gobierno en un contexto social por demás difícil.
Sin embargo, a Madero se le criticó por todo: por no ser asesino, por ser espiritista, por tener debilidades (considerando como debilidad el hecho de saber reconocer sus errores), de no ser hipócrita, de ser respetuoso.
El trágico fin del gobierno y la vida de Francisco I. Madero y José María Pino Suárez, empezó con la Decena Trágica. Victoriano Huerta lo hace prisionero el día 18, y asesina a Gustavo, su hermano.
Mientras Madero y Pino Suárez estaban prisioneros, el embajador Lane Willson facilita la concertación del Pacto de la Embajada entre Victoriano Huerta y Félix Díaz.
Cautivo, en Palacio Nacional, Madero renuncia a su cargo de presidente, y el día 22 fue trasladado a Lecumberri junto con Pino Suarez, donde murieron asesinados por órdenes de Huerta y a manos del mayor Cárdenas, un guardia rural.